Aquí nadie ha escuchado de tu pueblo venezolano y en tu frente solo leen “migrante”.
Vencido aguardas en la alameda con sed y hambre, sin saber si persistir o renunciar, sin saber si es martes.
Hace una eternidad decidiste tu partida; ese día preferiste no mirar atrás, no sea que te arrepintieras. Morral a cuestas, a tu mujer y a tus hijos besaste. Tus pies comenzaron la marcha al país de las oportunidades.
Aquí ignoran que sobreviviste a la jungla panameña, sus fieras y enfermedades; a los maras asaltantes; a las embestidas y secuestros de narcotraficantes, a los peligros de la Bestia y las autoridades.
¿A quién importa que cuando llegaste a Juárez, desahuciado y hambriento, lloraste? ¡Tenías ante ti la última frontera! Pero las puertas del sueño americano se tornaron infranqueables. Confinado en México se desató la desesperación y sobreviviste a un fuego que a más de treinta calcinó. ¿Regresar con las manos vacías? ¡Jamás!
Ahora aguardas en Monterrey donde escuchaste que existen vacantes. Y si hay días que llegan patrones en busca de ayudantes, hay muchos otros que no llega nadie. En la incertidumbre transcurren noches de desvelo y días de sol aplastante, mientras codo a codo con haitianos, colombianos, cubanos y centroamericanos vives la tragedia de ser “migrante”.
Desgarradora reseña de la situación y calvario que están sufriendo los miles de migrantes!!!